Cambio social y político
Movimientos políticos y revoluciones en el siglo XXI.
Desde el inicio del siglo XXI, numerosos movimientos
sociales han sacudido el status político en distintas regiones del mundo: la
Primavera Árabe, el Movimiento de los Indignados, Black Lives
Matter, las revueltas en América Latina (Chile, Colombia, Ecuador) y
los movimientos feministas globales. Estas movilizaciones han cuestionado tanto
la desigualdad estructural como la legitimidad de los sistemas representativos
tradicionales.
Según Paredes y Cáceres (2023), estos movimientos
deben ser analizados desde la sociología de los problemas públicos, que
entiende la protesta no como un caos espontáneo, sino como una expresión
legítima de demandas sociales que buscan transformar relaciones de poder,
visibilizar injusticias y resignificar el espacio público. La protesta es,
entonces, un mecanismo de producción de sentido y agencia colectiva.
Factores que influyen en estos cambios:
Crisis económicas: La crisis financiera global de
2008 y otras crisis económicas han exacerbado la desigualdad social y la
insatisfacción con las estructuras políticas existentes.
Impacto de las redes sociales: Las redes sociales han
transformado la comunicación política, permitiendo la rápida difusión de
información, tanto veraz como falsa, y la organización de movimientos sociales
y políticos.
Cuestionamiento de la globalización: La globalización
ha generado beneficios económicos para algunos, pero también ha aumentado las
desigualdades y ha llevado a un sentimiento de pérdida de control sobre el
destino propio de las naciones y las personas, impulsando movimientos
nacionalistas y proteccionistas.
Desigualdad social: La creciente desigualdad social y
económica ha alimentado el descontento popular y ha facilitado el auge de
movimientos populistas y nacionalistas que prometen soluciones a los problemas
de los ciudadanos.
Cambio climático y sostenibilidad: La creciente conciencia sobre el cambio climático y la necesidad de sostenibilidad están generando nuevas demandas sociales y políticas que desafían los modelos de desarrollo tradicionales.
Nacionalismo y populismo.
El crecimiento de fuerzas nacionalistas, xenófobas y autoritarias en Europa, América y Asia ha sido otra tendencia clave del siglo XXI. Estos movimientos apelan a una identidad nacional amenazada, resisten la globalización y rechazan la diversidad cultural o migratoria.
Desde la antropología, Ramos (2022) advierte que las creencias culturales y religiosas se convierten en terreno fértil para discursos de exclusión cuando se absolutizan como esencia identitaria. El nacionalismo no es solo un proyecto político, sino también un proyecto simbólico y cultural que moviliza emociones colectivas y memoria histórica selectiva.
En América Latina, estas tensiones se han vivido con particular intensidad. La educación, como herramienta ideológica, juega un papel crucial. Young (2020) señala que el conocimiento escolar puede ser usado tanto para reproducir visiones hegemónicas como para empoderar a los ciudadanos con un conocimiento crítico y transformador.
Desafíos en la gobernanza y la democracia
Las democracias liberales enfrentan tensiones por la
polarización política, la difusión de información errónea y la desconfianza en
las instituciones. La gobernanza se ve desafiada por la complejidad de
problemas globales como el cambio climático y las crisis económicas, que
requieren respuestas coordinadas y eficaces.
Referencias
- Quintero, O. (2019). Hacia una sociología de la educación propia. reconstrucción reflexiva a partir de la obra de Orlando Fals Borda.
- Ramos, L. (2022). Conceptos fundamentales de antropología y religión. Antigüedad y Cristianismo, (39), 187-188.
- Young, M. (2020). Knowledge and the Sociology of Education. Acta Paedagogica Vilnensia, 44, 10-17.
- Paredes, J. & Cáceres, D. (2023). La sociología de los problemas públicos. Cinta de Moebio, (76), 37-49.


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